
Comienzo y preguntas:
Abdullah Ibrahim, antes conocido como Mil Waldegrges, era sacerdote de la Iglesia Católica, conocido por su celo por el cristianismo y su dedicación a difundirlo. Nacido en Etiopía y nacionalizado eritreo, Abdullah afirma: "Las numerosas contradicciones del cristianismo me hicieron dudar de mi papel como sacerdote defensor del verdadero Evangelio. Sin embargo, la narración coránica sobre Jesús y el gran respeto que le profesa el Islam me hicieron cuestionar los relatos contradictorios de las sectas cristianas e inclinarme por la postura del Islam respecto a él (la paz sea con él)."
El punto de inflexión:
Describe el momento crucial de su transformación al islam: "Encontré un viejo ejemplar de la Biblia en la iglesia etíope, que decía: 'Y vendrá un mensajero después de mí que se llamará Ahmed, síguelo'. Este ejemplar era totalmente contrario a lo que decían los sacerdotes. Este descubrimiento me impulsó a profundizar en el Islam. Sabía que este paso podía cambiar mi vida por completo, pero era necesario encontrar la verdad".
La búsqueda de la verdad:
Abdullah dice: "Empecé a estudiar el islam en serio. Leí el Corán y los hadices, y descubrí que el islam es una religión completa y equilibrada. El mensaje del islam era claro y directo, mientras que el cristianismo estaba lleno de contradicciones. Recuerdo las noches que pasé pensando e investigando, intentando comprender qué religión era la verdadera. Leí el Corán y sentí una paz interior y una tranquilidad que nunca antes había sentido".
Desafíos y confrontación:
La decisión de abandonar su vida anterior como sacerdote fue extremadamente difícil. Abdullah dice: "Disfrutaba de muchos privilegios: vivienda amueblada, un coche de lujo, un pasaporte especial y un gran sueldo. Pero me di cuenta de que la verdad debe estar por encima de todo. Tras abrazar el Islam, me enfrenté a muchas dificultades. Perdí todos esos privilegios y sufrí numerosos acosos. Pero encontré fuerzas en mi fe en Alá y en el apoyo de la nueva comunidad musulmana de la que había pasado a formar parte."
Diálogo con los sacerdotes:
Un día, el sacerdote principal de la iglesia fue a visitarlo tras enterarse de su conversión al islam. Le dijo a Abdullah en tono de sorpresa: "¿Qué te hizo abandonar el cristianismo?". Abdullah respondió con calma: "Encontré la verdad en el islam. El Corán responde a todas mis preguntas sin contradicciones". El sacerdote intentó convencerle de que volviera al cristianismo, pero no pudo responder a las preguntas de Abdullah sobre las contradicciones de la Biblia. Al final, el sacerdote dijo: "Rezaremos para que vuelvas a tus cabales". Abdullah sintió pena de que aún no hubieran visto la verdad.
Llamar a otros al Islam:
Tras asentarse en su nueva vida como musulmán, Abdullah decidió dedicar su vida a invitar a otros al Islam. Abdullah dice: "Sentí que era mi deber presentar a la gente el Islam y su gran esencia. Más de cuarenta cristianos se han convertido al islam a través de mí. Vi esto como una gran bendición y una oportunidad de servir a la verdadera religión".
El futuro del Islam en África:
Abdullah afirma: "Soy optimista sobre el futuro del Islam en África, a pesar de los muchos retos a los que se enfrenta la predicación islámica. Hay una clara falta de predicadores, y algunos gobiernos islámicos no apoyan la predicación adecuadamente. Sin embargo, el Islam se está extendiendo por todo el continente. Necesitamos que los musulmanes de todo el mundo se unan y apoyen la predicación islámica. Los debates y diálogos entre eruditos islámicos y sacerdotes pueden ser muy eficaces si buscan la verdad y el polemista musulmán conoce bien el islam y las doctrinas cristianas".
Mensaje a los musulmanes:
"Mi mensaje a los musulmanes es que se unan y cooperen para apoyar la llamada al Islam y transmitirla a los demás. Debemos mostrar la imagen verdadera y brillante del Islam y desvelar las verdades ocultas. El Islam es una religión de paz y justicia, y debemos reflejarlo en nuestras interacciones diarias. Espero que podamos ser buenos modelos para los demás y ser motivo para que muchos se guíen por el camino recto".
Con estos detalles y diálogos, se pone de relieve la trayectoria del sacerdote eritreo Abdullah Ibrahim, que pasa de ser un celoso sacerdote a un entregado predicador islámico, mostrando el poder del Islam y su capacidad para atraer a los corazones que buscan la verdad.