
Empezando:
Se llamaba Crisanto Biago antes de abrazar el islam y convertirse en Isa Abdullah Biago. Tiene cuarenta años, es filipino, está casado y tiene un hijo. Era sacerdote católico, pero se convirtió al islam hace catorce años. Hoy vive y trabaja en Doha, y tuvimos el honor de conocerle para saber cómo era su vida antes y después del islam.
Infancia y Educación Religiosa:
Isa estudió en el instituto teológico y se licenció en teología. Trabajó como sacerdote católico y veía a los musulmanes como enemigos debido a la propaganda negativa que se promovía contra ellos. Isa dice: "Ni siquiera soportaba oír el nombre de musulmanes, dada la propaganda mundial que los presentaba como piratas y salvajes". Esta visión negativa era compartida por la mayoría de los cristianos filipinos, que constituyen el 90% de la población.
Comenzando la búsqueda de la verdad:
Un día, Isa asistió a una conferencia de un misionero estadounidense llamado Peter Gowing sobre el islam. Esta conferencia despertó su deseo de aprender sobre esta religión, así que empezó a leer algunos libros sobre los pilares de la fe, los pilares del Islam y las historias de los profetas. Descubrió que el Islam cree en los profetas, incluido Jesús (la paz sea con él), lo que le sorprendió enormemente. Isa dice: "Mi problema era la falta de libros que hablaran del islam y del Corán, pero no me rendí".
Dudas sobre el cristianismo:
Isa empezó a sentir dudas sobre la religión que enseñaba. Se preguntaba: "¿Cómo puede Dios hacer responsable a un ser humano de los pecados de los demás? ¿Y por qué Dios no perdona estos pecados directamente?". Estas preguntas le inquietaban, así que empezó a buscar la verdadera revelación. Leyó la Torá, pero la encontró llena de errores y contradicciones. Dice: "Falta la Torá original, y hay más de una versión, así que ¿cómo puedo creer esto?".
Reunión de musulmanes:
Isa pasó dos años en un estado de búsqueda y duda hasta que conoció a un grupo de musulmanes que distribuían folletos sobre el Islam. Cogió uno de sus folletos, lo leyó con avidez y empezó a discutir con el grupo. Dice: "Me encantaban el debate y la discusión, lo cual no es sorprendente porque hay muchos grupos cristianos conflictivos en Filipinas". Se sentó con un grupo de musulmanes en un parque y descubrió que la persona que debatía con él era un antiguo sacerdote de alto rango que se había convertido al Islam. Hablaron del sistema político del Islam y de la igualdad que aporta la religión.
En una sesión, Isa preguntó al polemista musulmán: "¿Qué le hizo abandonar el cristianismo y abrazar el islam?". El polemista respondió: "Cuando leí el Corán y estudié la vida del profeta Mahoma (la paz sea con él), encontré la verdad que había estado buscando toda mi vida." Isa se sintió profundamente afectado por las palabras del polemista y se interesó cada vez más por el Islam.
Búsqueda continua:
Isa siguió buscando la verdad y leyó un libro de Ahmed Deedat que respondía a todas sus preguntas sobre la Biblia. Todos los viernes se reunía con el musulmán para preguntarle de todo. Preguntó por el profeta Mahoma (la paz sea con él) y su relación con los descendientes de Ismael y le dieron pasajes de la Torá en los que se menciona a Mahoma (la paz sea con él). Isa dice: "Mi fe en Jesús (la paz sea con él) me ayudó a aceptar la fe en Muhammad (la paz sea con él)".
Tomar la decisión:
La búsqueda de Isa duró dos meses, pero se sentía indeciso porque temía perderlo todo si se convertía al islam. Dice: "Sabía con certeza que si me convertía al islam lo perdería todo: dinero, mi título académico, la iglesia, y perdería a mis padres y hermanos". No podía enseñar la doctrina cristiana porque no le convencía. Finalmente, se encontró con un amigo musulmán y le preguntó sobre la oración, y le dijeron que la Shahada (declaración de fe) es lo primero. Isa levantó el dedo y dijo: "Atestiguo que no hay más dios que Alá y que Mahoma es el Mensajero de Alá", sin saber el significado de estas palabras hasta que su amigo se lo explicó.
Declarar el Islam:
Tras declarar su islamismo, los padres de Isa se enfadaron muchísimo. El sacerdote más antiguo fue a la casa para discutir con él, pero cuando Isa le mostró las contradicciones de la Biblia, el sacerdote no pudo convencerle de nada. Isa dice: "Después me enteré de que toda la iglesia rezaba para que volviera en mí, como si me hubiera vuelto loco". Isa empezó a establecerse firmemente en el islam y comenzó a presentar programas islámicos en la televisión y la radio locales.
Impacto del Islam en su familia:
Tras convertirse al islam, Isa se casó con una musulmana y fue bendecido con su único hijo, Abdul Samad. Dice con orgullo: "Después de eso, mi padre, mi madre, mi hermana, su marido, mi sobrino y mi sobrina abrazaron el islam. Doy gracias a Alá por haber sido la razón de que se guiaran por el camino recto".
Da'wah en Filipinas:
Isa afirma que, según los registros oficiales, más de cuatrocientas personas se convierten al islam cada mes en Filipinas. Y añade: "La mayoría de los filipinos son cristianos sólo de nombre y no tienen a nadie que les invite al Islam. Algunos están convencidos del Islam pero les frena el miedo al futuro". Cree que la mejor manera de invitar a otros al Islam es mediante el buen trato y la ética del Islam.
Obstáculos y retos:
Isa menciona que hay obstáculos que impiden a la gente abrazar el islam, como las falsas ideas arraigadas en sus mentes sobre el islam, el comportamiento de algunos musulmanes que da una mala imagen de la religión y las sospechas que se levantan sobre el islam, como que promueve el terrorismo y maltrata a las mujeres. Subraya que el papel de los predicadores es presentar la verdadera imagen del Islam y aclarar las ideas erróneas sobre esta gran religión.
Diálogos influyentes:
En uno de los influyentes diálogos con sus padres, la conversación fue la siguiente: Madre: "¿Por qué dejaste la religión en la que te criaste? ¿Cómo puedes abandonar todo lo que te enseñamos?". Isa: "Madre, he buscado profundamente y he descubierto que el Islam es la verdad. Ya no puedo enseñar algo en lo que no creo. El Islam respondió a todas mis preguntas y me dio la paz interior que buscaba." Padre: "Pero te perderemos, y tú lo perderás todo. ¿Por qué tomar una decisión tan difícil?" Isa: "Sé que es difícil, pero te pido que intentes comprenderme. Quiero que sepas que he encontrado la luz y la verdad en el Islam".
Desafíos diarios:
Isa se enfrentó a muchos retos tras su conversión. Un día, un antiguo amigo de la iglesia se le acercó y le dijo: Amigo: "¿Cómo te atreves a dejar la iglesia? ¿Te has vuelto loco?" Isa: "No me he vuelto loco; he encontrado la verdad. Espero que intentes comprender mi posición. He buscado y he encontrado que el Islam es el camino correcto". Amigo: "No tendrás éxito en la vida de esta manera. Lo perderás todo". Isa: "Puede que pierda cosas materiales, pero he ganado paz de espíritu y tranquilidad de corazón. Eso es más valioso que cualquier otra cosa".
Con estos detalles y diálogos, la historia de Isa Biago se hace más impactante y viva, ayudando al lector a comprender la profundidad de su transformación y su descubrimiento del Islam.
Signos coránicos:
El viaje de Isa Biago encarna el signo coránico: "Encontrarás sin duda que los más intensos en animosidad hacia los creyentes [son] los judíos y los que asocian a otros con Alá; y encontrarás que los más cercanos en afecto a los creyentes son los que dicen: 'Somos cristianos'. Esto se debe a que entre ellos hay sacerdotes y monjes y a que no son arrogantes. Y cuando oyen lo que se ha revelado al Mensajero, ves que sus ojos rebosan lágrimas por lo que han reconocido de la verdad. Dicen: 'Señor nuestro, hemos creído, regístranos entre los testigos'". (Surah Al-Ma'idah 5:82-83, Traducción del Complejo del Rey Fahd).